http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12371950889017174198624/p0000001.htm#I_1_

(esse frame eh dele atendendo a ligacao do diretor do museu: 'alo, caro amigo'!)
Pues, al fin de todo, el divino Dalí es un puerco. Y es precisamente ese puerco que en dicha alegoría estaba representado al pie de las dos Columnas de Hércules, como símbolo supremo de aquel que se precipita siempre hacia del ante (...) sin retroceder jamás. (...) Sí, el divino Dalí es el puerco que, con su hocico, babea y gruñe de satisfacción, gastrónomo inconfesable, «dalinisa» en catalán, lo que en francés quiere decir «poseído por el deseo», se abre, brecha viscosa y superglotona, entre los montones de basura amoniacales y terribles de nuestra época, para avanzar en ese corredor de intestinos y de cretinización construido por la prensa, la radio, la televisión...
Dalí, S. Lettre ouverte à Salvador Dalí, París, 1966. traducción castellana de Ultramar, Madrid, 1976, pág. 17